Por Pamela Paz
El comportamiento del oficial de policía de tocar y oler literalmente a una persona durante un procedimiento policial es completamente inapropiado, espeluznante y puede constituir acoso e invasión de la privacidad.
ALGUNOS PUNTOS IMPORTANTES SOBRE ESTA SITUACIÓN:
Los procedimientos policiales deben realizarse con profesionalismo, respeto a la dignidad humana y apego estricto a los protocolos establecidos. Tocar y oler a una persona de manera invasiva no tiene justificación.
Este tipo de conducta podría considerarse acoso si tiene una connotación de índole lasciva. Independientemente de la intención, es una violación de los derechos y el espacio personal.
Es difícil encontrar una razón válida para que un oficial huela a una persona durante un procedimiento de rutina, a menos que existiera una sospecha específica de posesión de sustancias prohibidas.
Incluso en ese caso hipotético, existen protocolos adecuados que deben seguirse, como solicitar un cacheo por un oficial del mismo sexo en privado.
Este tipo de comportamiento socava gravemente la confianza pública en las fuerzas del orden y puede generar temor e indignación en la ciudadanía.
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Las autoridades policiales deben investigar este incidente de manera exhaustiva, tomar medidas disciplinarias contra el oficial involucrado y reforzar la capacitación en derechos humanos y trato digno a los ciudadanos.
En resumen, a menos que existan circunstancias muy específicas que lo justifiquen, tocar y oler a una persona durante un procedimiento policial es inaceptable, configura una falta grave y potencialmente un delito de acoso. Las fuerzas del orden deben actuar con los más altos estándares éticos y de respeto a los derechos humanos.
Fuente:
-Reporteros en Acción
Asombroso