Por Marcos Girón
Esta peculiar historia demuestra lo complejas que pueden ser las relaciones humanas. Caminar 60 kilómetros diarios por una semana entera requiere mucha determinación, así que me imagino que la discusión con su esposa debió ser intensa para motivarse tanto.
Más allá de los detonantes iniciales, lo importante es cómo se resuelven los conflictos en pareja. Caminar para "calmar la ira" muestra voluntad de no escalar a situaciones peores, aunque quizás no fue la estrategia más efectiva.
Espero que al regresar a casa hayan podido conversar en calma, escucharse mutuamente y llegar a acuerdos. Todas las parejas disienten; las saludables lo manejan sin violencia, buscando entendimiento. Confío en que esta peculiar anécdota se haya convertido en eso: una simple anécdota superada, sustituida por reconciliación.
De nosotros depende romper ciclos de toxicidad. Con empatía y comunicación, siempre hay esperanza de resolver los malos entendidos, por grandes que parezcan. Esta pareja tiene una inusual historia que contar a sus nietos si logran esa reconciliación.
Fuente:
-Reporteros en Acción
Internacionales