Por Bayron García
Esta noticia sobre el pastor que rompió una imagen de la Virgen de Guadalupe durante una prédica es certamente polémica y sensible.
Si bien el pastor tiene derecho a sus creencias y opiniones personales, destruir un símbolo tan preciado para millones de fieles católicos en México y el mundo es una acción que se presta para controversia y rechazo.
Más que condenar o atacar al pastor y su iglesia, lo importante ahora es tender puentes y promover el respeto mutuo y la tolerancia religiosa. Ninguna religión debería fomentar el odio o la superioridad sobre otras.
Es un buen momento para que líderes religiosos de ambos lados llamen a la calma y al diálogo constructivo. Acusaciones y ataques cruzados sólo generarán más división.
Confío en que prevalezca un espíritu de comprensión y buena voluntad. México tiene una larga tradición de convivencia religiosa pacífica que no debe romperse por acciones aisladas como esta.
Ojalá el pastor reflexione y ofrezca una disculpa. Y ojalá los católicos respondan de forma mesurada, sin más confrontaciones.
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Fuente:
-Emisoras Unidas
Internacionales