Por Marcos Girón
Ciudad Quetzal, San Juan, Sacatepéquez. Este feminicidio de Ana Aury Lemus a manos de su presunta ex pareja es un hecho verdaderamente lamentable y condenable. Algunas reflexiones al respecto:
Que una mujer pierda la vida de manera tan violenta y en su propio hogar, un lugar que debería ser seguro, por los supuestos celos enfermizos de un ex compañero sentimental es inaceptable. La violencia machista y de género no tiene justificación alguna.
El enorme daño causado al dejar 4 hijos en la orfandad es devastador. Esos niños y niñas cargarán de por vida con el trauma de perder a su madre de esta manera tan trágica.
Los vecinos deben ser aplaudidos por denunciar los hechos a tiempo, aunque lamentablemente ya no se pudo evitar la terrible consecuencia final. Su colaboración con las autoridades será clave.
Es prioritario que se capture con prontitud al presunto feminicida y se le someta a un proceso legal justo pero contundente que envíe un mensaje firme de tolerancia cero contra estos crímenes.
A nivel preventivo, se necesitan con urgencia más campañas de concientización, programas educativos y rutas de apoyo para que las mujeres víctimas de violencia de pareja denuncien y reciban protección oportuna antes de que ocurran estas tragedias.
Mi más sentido pésame para los familiares, amigos y especialmente los hijos de Ana Aury. Ojalá este crimen atroz sirva para renovar los esfuerzos de toda la sociedad guatemalteca en combatir de raíz cualquier forma de violencia contra la mujer. Ella merecía vivir una vida plena y segura.
Fuente:
-Reporteros en Acción
Nacionales